Llevo tiempo observando.
Llevo tiempo pensando, porque aún no se me ocurren palabras.
Sigo viendo paisajes intactos desde aquella vez.
Momentos guardados.
Luego me instalo en mi rincón, observando un punto fijo. No sé qué es lo que veo, pero observo.
Una, otra y otra melodía suenan en esta vieja estación.
Yo las dejo que se vayan, que se oxiden,
y flameen en lo alto de la cima.
Las guardaré, prometo guardarlas.
No las prestaré, ni las arruinaré.
Muchas de ellas marcaron mi vida,
y se llevaron grandes partes de mi.
Hoy quedaron atrás, pero no me deshice de ellas.
Conservo cada una, aunque muchas veces quieran volver,
pero yo las retengo.
No sea que quieran quedarse para nunca más volver,
al baúl de los recuerdos brillantes, y tranformarse en vida.
A veces regresan inevitablemente,
pero cierro mi puerta.
No sea que quieran quedarse y así, vivir de ellas.
No es que no las quiera, solo prefiero guardarlas allí,
en el baúl de los recuerdos,
que una vez fueron vida, sustancia pura,
adrenalina sigsaguiante que fluye por entero, risas, llantos.
Observo desde mi rincón nuevamente,
el rincón de los besos vivos,
abrazos armoniosos y encuentros fugases.
No es que lo quiera hacer,
solo son escasas melodías que se escuchan allí,
en el fondo, se aproximan y atormentan algunas noches,
donde sonrío y digo...
que bueno era aquel tiempo donde lo más sencillo,
marcó hoy lo más felíz de esta historia.
No está de más decir; ''no siento rencor'' -''buena vida para vos''.
Hoy ya no es ayer, esas melodías no tienen el mismo sabor.
Mi boca, no es tu boca.
Mi boca no pronuncia tu nombre,
mis manos ya no tocan las tuyas.
Fue difícil escuchar a la razón, y no al corazón.
Pero lo más difícil aun,
sería vivir con este sabor amargo en mi boca.
De tus reproches locos y celos sin razón.
De preguntas sin respuestas, y juicios al por mayor.
Te dejo con tus pensamientos insanos,
tu orgullo y tu desvalorización.
De haber perdido en un instante
todo lo que un día te dí con el corazón.
De perder el tiempo buscando
otro amor que te pueda dar todo lo que te dí yo.
Llevo tiempo pensando, porque aún no se me ocurren palabras.
Sigo viendo paisajes intactos desde aquella vez.
Momentos guardados.
Luego me instalo en mi rincón, observando un punto fijo. No sé qué es lo que veo, pero observo.
Una, otra y otra melodía suenan en esta vieja estación.
Yo las dejo que se vayan, que se oxiden,
y flameen en lo alto de la cima.
Las guardaré, prometo guardarlas.
No las prestaré, ni las arruinaré.
Muchas de ellas marcaron mi vida,
y se llevaron grandes partes de mi.
Hoy quedaron atrás, pero no me deshice de ellas.
Conservo cada una, aunque muchas veces quieran volver,
pero yo las retengo.
No sea que quieran quedarse para nunca más volver,
al baúl de los recuerdos brillantes, y tranformarse en vida.
A veces regresan inevitablemente,
pero cierro mi puerta.
No sea que quieran quedarse y así, vivir de ellas.
No es que no las quiera, solo prefiero guardarlas allí,
en el baúl de los recuerdos,
que una vez fueron vida, sustancia pura,
adrenalina sigsaguiante que fluye por entero, risas, llantos.
Observo desde mi rincón nuevamente,
el rincón de los besos vivos,
abrazos armoniosos y encuentros fugases.
No es que lo quiera hacer,
solo son escasas melodías que se escuchan allí,
en el fondo, se aproximan y atormentan algunas noches,
donde sonrío y digo...
que bueno era aquel tiempo donde lo más sencillo,
marcó hoy lo más felíz de esta historia.
No está de más decir; ''no siento rencor'' -''buena vida para vos''.
Hoy ya no es ayer, esas melodías no tienen el mismo sabor.
Mi boca, no es tu boca.
Mi boca no pronuncia tu nombre,
mis manos ya no tocan las tuyas.
Fue difícil escuchar a la razón, y no al corazón.
Pero lo más difícil aun,
sería vivir con este sabor amargo en mi boca.
De tus reproches locos y celos sin razón.
De preguntas sin respuestas, y juicios al por mayor.
Te dejo con tus pensamientos insanos,
tu orgullo y tu desvalorización.
De haber perdido en un instante
todo lo que un día te dí con el corazón.
De perder el tiempo buscando
otro amor que te pueda dar todo lo que te dí yo.
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